Autor: Bethany HeitmanLos momentos apasionados no siempre terminan según lo planeado. Aquí, algunas divertidas historias de vida real sobre encuentros hot que salieron mal.
El gran derrumbe
"Cuando me mudé a mi apartamento, invité a mi novio para bautizarlo juntos. Nos desbocamos y, cuando yo estaba encima de él en la cama, me incliné para agarrar la pesada cabecera de madera. Pero al parecer no la había ajustado bien, porque al tocarla, se derrumbó sobre la cabeza de mi novio. Se la quité de encima, pero perdió el conocimiento por un minuto. Cuando volvió en sí, temimos que tuviera una contusión cerebral y llamamos a su prima, que es enfermera. Ella dijo que no debía dormir por al menos ocho horas. Así que pasé esa primera noche poniéndole hielo y tratando de mantenerlo despierto". -Adriana, 24 años
Amor que quema
"Una tarde, mi novio y yo estábamos retozando en la casa de mi madre, y él se dirigió a mi zona sur. Fue fabuloso, y al terminar, se marchó. Minutos después, mi zona V empezó a arderme. Corrí al baño y vi que estaba roja e inflamada. Me asusté tanto, que llamé a mi mamá y se la mostré. Le expliqué todo, y ella me recomendó que me pusiera una toalla fría en el área. Tomó unas horas, pero todo volvió a la normalidad. Cuando se lo conté a mi novio, me enteré de que había estado masticando tabaco más temprano y, al parecer, mi cuerpo tuvo una reacción alérgica". -Clara Inés, 18 años
Malas vibraciones
"Nunca he tenido un vibrador de verdad. En su lugar, usaba un pequeño aparato de dar masajes en la espalda con un cordón largo. Una noche me metí en la cama, lo encendí y le di uso. Pero cuando más animada estaba, empezó a echar chispas por todas partes. El aparato era viejo y yo no había visto que el cordón estaba deteriorado cerca de la base. Lo desconecté y lo lancé al otro extremo del cuarto, pero no antes de sufrir algunas quemaduras en la parte interna de mis muslos. Por varios días apenas pude caminar, porque me era casi imposible juntar las piernas". -Karen, 26 años
Percance en la carretera
"Mi novio y yo decidimos ir en auto a la casa de sus padres, que está a varias horas de distancia. Poco antes de llegar, se me ocurrió darle una sorpresa. Me incliné hacia él, abrí el zipper de sus pantalones y empecé a darle sexo oral. N había ningún auto por los alrededores e íbamos despacio, así que pensé que no habría problemas. El se concentró en la sensación y cerró los ojos por un momento. Cuando los abrió, se dio cuenta de que el auto se había pasado a otra carrilera. Viró el timón, pero el movimiento fue muy brusco... y fuimos a parar a una cuneta. Mi cabeza chocó contra el tablero y se me magulló la barbilla. Lo peor es que tuvimos que llamar a sus padres, y aunque inventamos una excusa, estoy segura de que ellos se dieron cuenta de que les mentimos". -Teresa, 19 años
El museo de cera
"Había visto en el cine cómo las parejas vierten cera caliente uno sobre otro, y quise hacérselo a mi novio. Lo até con unas bufandas a la cama y con otra le vendé los ojos. Lo incité un poco, agarré una vela y vertí cera en la parte baja de su estómago. El empezó a gritar como un energúmeno y trató de soltarse. Con el susto, le derramé accidentalmente más cera encima. Parecía loco. Lo desaté y él se arrancó la venda de los ojos. La cera le quemó la piel y se pegó a su vello corporal. Pasé más de 20 minutos recortando la cera seca con unas tijeritas de uñas".-Ada, 32 años
Travesuras y picaduras
"Mi novio y yo nos fuimos de camping con algunas parejas amigas. Como todos compartíamos las tiendas de campaña, una tarde él y yo nos escapamos al bosque para pasar un rato a solas. Encontramos un claro apartado, nos quitamos la ropa y tuvimos sexo grandioso. Regresamos después al campamento. Nadie había notado nuestra ausencia. Una hora después, nos entró una gran picazón en el cuerpo. Todos notaron la desesperación con que nos rascábamos y nos preguntaron qué nos pasaba. Entramos en la tienda para examinarnos y vimos que teníamos el cuerpo cubierto de picaduras de mosquitos. Supongo que nos quitamos la ropa en un sitio lleno de insectos y no sentimos nada. El resto del viaje fue fatal". -Liz, 28 años
Búsqueda y rescate
"Mi novio usa el anillo de graduación de su universidad. Un día estábamos en mi casa mirando una película y empezamos a acariciarnos. El me quitó el pantalón y continuó el trabajo con sus dedos, pero en eso oímos llegar a la amiga que vive conmigo. Me puse los pantalones, y seguimos mirando la película como si nada. De pronto mi novio se dio cuenta de que no tenía puesto el anillo. Buscamos en el sofá y, como no lo encontramos, comprendimos que estaba dentro de mí. Fui al baño para tratar de sacarlo y me pasé allí tanto tiempo, que mi amiga me preguntó qué me pasaba. Se lo dije, y ella pensó que era muy cómico. Yo dejé un mensaje frenético en la contestadora de mi ginecólogo. Por suerte, por la mañana el anillo había salido bastante, y pude sacarlo sola".-Tina, 27 años
Aterrizaje forzoso
"En mi dormitorio de la universidad, tengo una cama tipo litera. Una noche, mi novio y yo fuimos a una fiesta, y él se quedó a pasar la noche conmigo. Yo me había pasado un poco de tragos. Nos metimos en la cama y nos acariciamos por un rato. Luego me senté y traté de quitarme el top de un modo sexy, pero se trabó cuando quise sacármelo por la cabeza. Tiré de él con fuerza y se soltó, pero perdí el equilibrio y salí disparada de la cama, aterrizando en el piso boca abajo. Mi novio empezó a reírse, hasta que vio que me estaba saliendo sangre de la nariz. La caída y la hemorragia nasal, definitivamente, arruinaron la noche".-Miranda, 21 años.